La Tesis

Adriana (nombre ficticio) pidió una sesión de AONC porque estaba terminando un posgrado y a pesar de haber presentado la tesis de grado dos veces, no había logrado que le fuera aprobada; ya había implementado todas las correcciones y sin embargo, se sentía insegura para la sustentación; al hacer la sesión, resultó que lo que realmente estresaba el cerebro de Adriana no era su capacidad de resolver los asuntos técnicos de la tesis, sino la presión con la que fué educada en su casa... de alguna manera se le había inculcado que tenía que ser la mejor para que se le quisiera; así que su cerebro se acostumbró a obtener buenos resultados para ganar la aprobación de sus cuidadores. El asunto es que cuando por circunstancias de la vida no logró obtener buenos resultados, su cerebro que estaba programado para la supervivencia por ese camino, concluyó que iba a morir y entró en pánico.

Durante la sesión Adriana pudo liberar el temor a la desaprobación (muerte) y continuar con el proceso. No solo tuvo una sustentación exitosa, sino que logró culminar la realización de un sueño que le parecía esquivo.